— ¿Lo harás, estás segura?
— SÃ, ¿Cuál es el problema? Digo para eso es la aplicación.
— Pero, Kary, ¿Sexo con un desconocido?
— Hoy lo conoceré. Tengo que cerrar, hablamos luego.
Kary se levantó de la cama, dejando a un lado su celular.
Kary se sentÃa ligeramente nerviosa por el encuentro sexual que tendrÃa en breve, pero habÃan pasado meses, tal vez un año desde la ruptura con su pareja y se habÃa sentido insatisfecha, por lo cual dispuso de una aplicación de citas, con tal suerte que encontró un prospecto prometedor.
En breve llegarÃa, Kary nunca lo habÃa hecho con un desconocido, pero sólo querÃa experimentar, por lo cual dispuso de una buena ducha, y antes de lo esperado su celular vibró, él ya estaba afuera.
Kary se acomodó el ya prominente busto y abrió la puerta esbozando una sonrisa.
—!Hola!
— Eh, hola, soy...— titubeo, también estaba nervioso — Jonathan, bueno eso ya lo sabes.
Jonathan ingresó a la casa, un lugar acogedor.
— Y ¿Has hecho esto antes? — preguntó Kary mientras se sentaba en el sofá y Jonathan en otro.
— Pues si hablas de coger, pues sÃ, ¿Tú no? — respondió Jonathan quien cada cierto tiempo miraba los pechos de Kary.
— Bueno, virgen, virgen pues no, realmente me referÃa a usar la aplicación.
— Bueno, en eso sà no, eres la primera. — exclamó Jonathan quien se rascaba ligeramente la parte posterior del cuello.
— ¿Quieres tomar algo? antes, de pues tú sabes.
— No, bueno agua estarÃa bien y si me dejas usar el baño serÃa bueno.
— Al fondo y a la derecha.
— Gracias.
Jonathan se levantó y siguiendo las indicaciones ingresó al baño, una vez ahà se miró en el espejo. Estaba sin duda emocionado. PerderÃa la virginidad, eso debÃa celebrarse, pero una repentina comezón en la parte posterior del cuello le hizo rascarse.
—! Maldito insecto! Justo me tenÃa que picar hoy.
— ¿Todo bien, todo correcto? — preguntó Kary desde el otro lado y Jonathan recuperando la compostura respondió.
—! Y yo que me alegro !
— Es de los mÃos — murmuró Kary y la puerta del baño se abrió, Jonathan salió y sin dudarlo sujetó a Kary por la cintura, la besó y ella lo llevo hasta la habitación. Una vez ahÃ, rápidamente se desnudaron, Kary no estarÃa decepcionada.
La espalda amplia de Jonathan le daba a Kary la facilidad para aferrarse y dejar arañazos, los cuales eran más profundos con cada embestida que recibÃa.
— Espera — murmuró Kary. — ¿Qué te paso?
Jonathan se levantó, girando su cuello no logró ver nada fuera de lo común, por lo cual preguntó.
— ¿A que te refieres?
— AquÃ, tienes algo abultado.
— Ah eso — exclamó con desdén — fue un insecto, me picó antes de llegar aquÃ, ahora ¿En qué estábamos?
La pequeña picadura punzaba pero el deseo carnal era mayor, y con el paso de las horas la insignificante picadura comenzó a aumentar de tamaño.
— Sabes, jurarÃa que la tienes más grande en este momento — exclamó Kary que se encontraba sobre Jonathan — ¿Estás bien?
— SÃ, tu sigue — musitó Jonathan, el cual estaba bañando en sudor y su rostro no reflejaba ningún tipo de placer, — Mierda, me arde.
Kary detuvo su galope, hasta ese momento creÃa que la temperatura en Jonathan era debido al momento en cuestión, pero evidentemente el miembro de Jonathan parecÃa aumentar de tamaño, no de forma descomunal, pero si gradual, además la picadura habÃa adquirido un tono púrpura y una forma similar al acné se habÃa formado en aquella zona.
— Debemos parar. — exclamó Kary y antes de separarse de Jonathan sintió que el pene de Jonathan engroso tanto que se le hacÃa imposible separarse.
Jonathan yacÃa pálido sobre la cama, un charco de sudor se acumulaba a su alrededor, su respiración se aceleraba, la mirada permanecÃa perdida.
— Me, me, me duele…— murmuró Jonathan y dándole un empujón a Kary la arrojó de la cama. Kary terminó en el suelo, no se habÃa lastimado, pero sentÃa una extraña sensación en su vulva.
Jonathan estaba sentado al borde de la cama, respiraba lentamente cuando un chorro de sangre empapo el cuerpo desnudo de Kary, la sangre provenÃa de su ingle, su pene cercenado expulsaba sangre a chorros y en medio del asombro, Kary sintió que algo se movÃa dentro de ella, por lo cual deslizó su mano temblorosa hasta sentir su propia vulva y el pene de Jonathan, el cual rápidamente se introdujo dentro de Kary sin que ella pudiera impedirlo.
—! Que demonios está pasando ! — gritó Kary mientras se levantaba y corrÃa al baño, dejando tras de sà gotas de sangre.
Jonathan seguÃa por su parte sentado al borde de la cama.
— Quiero agua. — exclamó e intento levantarse, pero resbaló con su propia sangre. Al caer observó su reflejo en el espejo, aquello en su cuello habÃa aumentado, ahora parecÃa una joroba, pero esta palpitaba. Su color blanco, su forma eran repugnantes.
— ¿Cómo me saco esto? — se decÃa a si misma Kary, quién pujaba en el inodoro, pero cuanto más esfuerzo hacia, aquello más se introducÃa. Sintiendo el movimiento en su interior y sobre su piel.
La temperatura parecÃa aumentar, la estabilidad de Kary iba disminuyendo, aquello no sólo se alojaba en su interior, sino que aumentaba su tamaño, parecÃa morderla.
Ya con pocas fuerzas, se dispuso a expulsar a la criatura, sin importar las consecuencias.
Rompiendo el espejo se dispuso a usarlo como navaja para abrir su vientre y expulsar aquello, pero cada vez aumentaba de tamaño, sintiendo que la despedazaba, que rompÃa sus entrañas, haciéndola vomitar y sentir aquel miembro deslizarse por su esófago, rompiendo todo hasta atravesar el cráneo y deslizarse cual gusano entre carne podrida. Dejando a Kary desnuda, tirada en el suelo y con un orificio de extremo a extremo.
Jonathan quien habÃa intentado arrancar aquello de su espalda, sólo logró explotar la masa de pus que lo cubrÃa, una pus que derritió parte de su rostro y quemó casi por completo su cuerpo, el cual comenzó a sufrir deformaciones mientras un insecto salÃa de su columna vertebral y se alojaba sobre su cuello, terminando con la existencia de Jonathan quien se habÃa convertido en solo un recipiente, pues al cabo de las horas su cuerpo como el de Kary pasaron a ser solo huesos, siendo el alimento de aquellas criaturas que también murieron, sólo para dar paso a pequeñas moscas, las cuales salieron por la ventana, en busca de otros recipientes.